viernes, 28 de septiembre de 2012

Suelo decirle a la gente que te he olvidado, que tu para mí estas muerto. He intentado creérmelo de todas las maneras posibles, deseando que un día me despertara y ya no te echara de menos. He probado de muchas formas, con muchos chicos, y siéndote sincera, he aprendido mucho en este tiempo sin ti. He aprendido por ejemplo, que lo que una vez nos dice la cabeza, más tarde el corazón lo termina traicionando. He sido la espectadora de una lucha entre mi conciencia y mis sentimientos, y aún así parece que la guerra no se acaba nunca. También he buscado dentro de mí, lo que jamás había visto con estos ojos. Buscando una respuesta a por qué siempre que me acuerdo de tu voz, termino con una sonrisa en los labios. Y bueno, tus labios, creo que podría calificarse como la peor tortura conocida. Solo pensar que hubo un momento en el que creí que no los echaría de menos, que eran unos labios corrientes, como los del resto de los hombres. Ahora sé que me equivocaba. Recuerdo cuando en un tiempo tú me preguntabas cuanto te quería, y yo intentaba darte una respuesta indefinida, algo que jamás hubieras escuchado. Te prometí que estaría contigo hasta el final, que si cambiaba sería junto a ti. Jamás pude hacerlo. Sé que te dije mil y una tonterías por aquel entonces, pero tampoco me arrepiento de haberlo hecho. A mí lo que me llenaba era tu sonrisa. Ahora, me doy cuenta de que todos los que me criticaban, no saben lo que es realmente amar. Y ya, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me dirigiste la palabra. Te aseguro que me siento una gilipollas desde que te juré que no me importabas. Te dije también que no te necesitaba, y que no te echaba de menos. Quizás lo hice por orgullo, o tal vez pensé que era porque tú ya me habías olvidado, y me parecía ridículo jugar en un juego donde solo quedaba yo. Que te haría ver que yo sólo soy ese error que siempre me sentí a tu lado. Ojalá algún día tengas tiempo para mí, para explicarme cómo te sentiste tras nuestro último abrazo. Hace mucho, cuando todavía me sentía parte de tu vida, te dedicaba toda canción de amor que escuchaba. Ahora, el rock and roll me sigue recordando un poco a ti. Siempre ha habido algo, que nos unió desde el principio. Te supliqué que con el paso del tiempo no te fueras de mi lado. Que fueras el motivo por el cual sonriera cada mañana. Sin embargo, hasta que no te perdí, no supe lo que realmente te quería. Jamás pude decirte todo lo que siento por ti. Solías decirme que no te considerabas guapo; que eras un chico de montón. A lo mejor no me creíste nunca, pero te repito que desde que te conocí, para mí has sido la cosa más preciosa de este mundo. Te lo juro, nadie sobre la Tierra tiene tus ojos nadie tiene esa mirada, como la tuya, absolutamente nadie. Realmente presumo en secreto, de que llegué a tener algo contigo, algo que con nadie más había sentido. En este tiempo han pasado muchas cosas. Ha llegado más gente a mi vida, para que te voy a mentir. Y toda esa gente, se ha ido yendo también. Si me abandonaron, o los abandoné yo, es algo que ni recuerdo ya. Créeme, ha sido mucha gente, muchísima gente la que ha aparecido en mi camino. Pero joder… ¿Por qué ninguno de ellos se parece lo más mínimo a ti? ¿Por qué ¿Por qué tienes que ser tú esa única persona en el mundo que llene este guapo incompleto en mí? ¿Por qué demonios tienes que ser para mí, y yo para ti no? ¿Sabes? Me gustaría poder decirte que has cambiado, que ni si quiera te reconozco cuando te veo, que no eres ese grandullón de ojos preciosos que se acercaba y me besaba, del que me enamoré un día cualquiera. Pero sé que la que realmente ha cambiado soy yo. Sé que soy yo, la que puede que no merezca que me recuerdes ni como lo peor que pasó en tu vida, y que la que nunca podrá olvidarte soy yo. Te prometo que algunas veces, incluso sentía miedo. Miedo de que pudieras llegar a sentir algo tan grande por alguien como yo; la que siempre te ha repetido que no te merece. Tenía miedo, sí. Miedo de no poder quererte de la misma forma que si tú lo hacías. Otros recuerdos, aún así, son los mejores que tengo guardados. Los tengo escondidos aquí dentro, junto a la bola de papel que hice con nuestra foto y que jamás pude romper, y una caja donde todavía guardo un montón de regalos que me quedan por darte algún día. En una caja, tengo incluso un juego de sábanas blancas. Son por cada vez que me acostaba, que me daba por pensar en ti. Tanto lo hice, que mis sábanas terminaron recordándome cada noche que una vez prometí que dormiría contigo. Hoy, escribiendo todo esto, sólo espero que sepas comprenderme, como lo llevas haciendo desde el día en que te conocí. Entender que ni si quiera sé si merezco que me quieras, o empezar a plantearme por qué en su día me fui sin decirte adiós… Buscar la razón por la que abandoné a la persona que más me ha llegado a importar en esta puta vida. Y te prometo, que cuando lo haga volveré para decirte todo lo que siento, y demostrarte con mi vida que jamás volveré a querer a nadie de la manera que te quiero a ti. Gracias, una vez más, por haberme dejado formar parte de tu vida aquel día. Ojalá algún día volvamos a ser una sola piel. Que vuelva a ser lo que había sido en estos meses, por lo menos como había sido hasta ahora..

No hay comentarios:

Publicar un comentario