viernes, 19 de octubre de 2012

Es ella la que ha estado desde siempre. Es ella a la que quiero con locura. Lucharé por su felicidad como si fuera yo ella misma, no perdonaré a aquellas personas que la quieren hacer daño. ¿Sabéis?, antes de tocarla a ella tenéis la mala suerte de que también me tenéis que tocar a mí, pero no solo tocarme porque mientras que siga en pie a ella no la dañará nadie. Es ella la que daría todo por mí, y por la que doy todo haga falta o no. Porque mi felicidad depende de la suya. Y la verdad, es que cuando me pongo a imaginarme mi vida sin ella no la consigo ver, porque ella es gran parte de mi vida. Con ella he pasado más risas que con cualquier otra persona. Sí, muchas veces discutimos, sé que muchas veces soy muy reacia y no la doy un beso. Pero lo mejor de todo es que aunque un día no la bese, al día siguiente vuelve para que lo haga. Me demuestra que me quiere, y sí, se ha equivocado muchas veces, pero eso es lo que la hace valer como persona, que al final siempre ha rectificado sea como sea. Y no solamente la quiero por ser mi mi amiga, la quiero como mejor amiga, como confidente, como todo. Y ahora me pongo a pensar en todos los momentos felices de mi vida, y en muchos de ellos está ella con su gran sonrisa, con un ingenuidad que me encanta, con ese mal humor que saca de vez en cuando, con sus tonterías, con sus abrazos, con sus besos, con sus consejos. No paso mucho tiempo con ella ahora, pero es que el rato que sí que estamos juntas es como una fotografía, porque se me queda guardado en la cabeza y sobre todo en el corazón. Los ratitos que paso con ella, aunque se me hagan cortos, los aprovecho más que cualquier otro momento. Porque la vida es menos puta con ella, porque tengo la hermana que más de una persona desearía tener. Porque la quiero como a nadie, porque me quiere como a nadie. Y porque si alguien la intenta hacer daño, primero tiene que pasar por encima de mí.


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